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El secreto de la perfección

Es bien conocida la anécdota de que el orador griego Demóstenes (384-322) se introducía guijarros en la boca para mejorar su dicción, ya que tenía tendencia a tartamudear y no podía pronunciar correctamente la letra ‘p’.

Pero el gran orador tenía, además, problemas de escritura y una ortografía deficiente. Decidido a acabar de una vez por todas con estas dificultades que le impedían escribir adecuadamente, tomó una resolución y se decidió por el drástico procedimiento de copiar íntegramente ocho veces la ingente obra De bello Peloponensio [Historia de las guerras del Peloponeso] de Tucídides. Al finalizar su tarea, dominaba perfectamente el arte de la escritura y la redacción.
 
Enrique Gallud Jardiel
Humoradas, por: Enrique Gallud Jardiel.

http://humoradas.blogspot.com/2009_12_01_archive.html

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