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UNA MUJER INVENTADA



UNA MUJER INVENTADA
(Buenos Aires, C.A.B.A.)

Beatriz, la historia de una mujer inventada
A propósito de la titiritera y su títere

De Laura Pagés y Sergio Mercurio. Dirección: Sergio Mercurio
Intérprete: Laura Pagés

Cinco únicas funciones
2 al 30 de julio, sábados 21 hs.
Entrada: $ 50. Estudiantes y jubilados: $ 30.
Entradas en venta con hasta tres semanas de anticipación.

CELCIT. Moreno 431. Teléfono: 4342-1026

Beatriz, la historia de una mujer inventada, hace ¿quién lo duda? honor a su título. Cómo no ser inventada, alta en un largo vestido, cabeza de goma espuma, peluca, aros colgantes y titiritera todo el tiempo detrás, cambiando el modo de manipularla: sólo desde la cabeza, desde el codo, desde la mano...
Cuando su mano de goma espuma y de uñas pintadas queda suelta, sin presión, aparece impresionante el temblor, como si Beatriz sufriera parkinson, señal clara de los dedos agitándose sin cesar en el aire.
Pero también tiene gestos “propios”: arreglarse el pelo, acariciarse el brazo, llevarse la mano a la boca, abrir la boca grande como signo de sorpresa, mirar, con sus ojos de muñeca, lejos, hacia el horizonte.
Beatriz es una mujer grande, de vida hecha. que recorre distintas etapas, vivencias y acontecimientos. Y lo hace todo el tiempo con una mezcla de ironía, crudeza, cierta ternura y mucho pero mucho humor.
Beatriz hace de sí, de Alberto, de sus hijas, de su madre y de sus amigas/clientas. Los cambios son mínimos y sin embargo, efectivos: un desplazamiento en el espacio, un “achicarse” y mirar desde abajo, la transformación en el tono de la voz. Entonces desde sí, tenemos su perspectiva y la de los otros, los imaginarios personajes que la rodean.
Casi sin transición pone de manifiesto las cuestiones que se han naturalizado socialmente: un marido que la maltrata y que no respeta su trabajo, una madre a la que se perdona tan solo porque transcurrió el tiempo -y sus hijas, no, una de sus hijas, hará lo mismo con ella-, en fin, ciertos rasgos de personalidad y de ideología de una mujer no tan inventada.
La vida de una mujer en un ratito, que nos hace reír, pensar y conmovernos. Laura Pagés, la titiritera, además, deviene personaje y nos sorprende.
Algunos momentos rondan el lugar de la magia, la titiritera se aleja, deja sola a Beatriz, sólo su brazo vestido de negro, levemente la sostiene para que no pierda el equilibrio. Más tarde la muñeca la abraza, sí, ella -aunque no sea cierto- ¿para despedirse? Tal vez, quién sabe.

El trabajo de Sergio Mercurio en dirección y autoría y de Laura Pagés, en autoría y manipulación, no tiene desperdicios, es una de esas propuestas maravillosas que hay que intentar no perderse.

Por Mónica Berman. 160 Arte y Cultura
Más información: www.celcit.org.ar
Fuente: RazonEs de Ser

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