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Por amor a la paz

Meirav en Ramallah con Ramzi Aburedwan, violista palestino.

Meirav en Qatar con Mohamed Saleh, oboísta egipcio.

Son varios los personajes que dedican y que dedicaron gran parte de su tiempo en llamar a los pueblos del Cercano Oriente a la convivencia pacífica. Lo hicieron de varias formas.


Es un gusto recordar al mitológico Abie Nathan quien, desde desde su barca anclada en aguas extraterritoriales frente a la costa de Tel Aviv, transmitió durante 20 años sin interrupción, música y proclamas en varios idiomas dirigidas al Cercano Oriente y al mundo, llamando a la paz, a la concordia y a la ayuda a los necesitados. Llegó a tal punto su entusiasmo y su amor innato a la paz que, desoyendo las leyes imperantes en Israel, voló en un avión privado hasta Egipto para hablar con el enemigo de entonces.
No menos importante es la labor que en ese sentido realizan dos prominentes músicos argentinos. Miguel Angel Estrella, pianista nacido en la provincia de Tucumán de padres libaneses, actual embajador de Argentina ante la UNESCO desde el año 2003, funda en el año 1982, el movimiento internacional “Música Esperanza” cuyos objetivos son facilitar el acceso a la música, crear lazos entre las diferentes comunidades y defender la dignidad humana. Dentro de ese marco crea la “Orquesta de la paz, Los hijos de Abraham”, integrada por 45 jóvenes músicos de origen judío y musulmán. Sus primeras actuaciones datan del año 2000, ofreciendo conciertos en Francia, Europa y el Cercano Oriente. Recientemente el ministro francés de Relaciones Exteriores, Bernard Kouchner, le ofreció 60.000 euros de aporte financiero.


Con el mismo fin de demostrar que con la música palestinos e israelíes pueden convivir en paz, fue creada otra orquesta. El pianista y director de orquesta de fama mundial Daniel Barenboim, también nacido en Argentina pero de origen judío, en base a un proyecto que dio a luz en el año 1999 en colaboración con el filósofo árabe ya desaparecido Edward Said, funda la West-Eastern Divan Orchestra. Actualmente la integran músicos israelíes, españoles, árabes cristianos, y árabes musulmanes.

A pesar que, debido en sus incursiones en política, Barenboim no goza de la simpatía del púbilco israelí, su esfuerzo por crear un acercamiento entre palestinos e israelíes merece el mismo aplauso que su actividad artística. Es reconfortante constatar el ambiente de compañerismo y amistad que reina entre los músicos cuyos países de origen se encuentran en profundo estado de beligerancia.


El día 5 de Enero de 2010, la orquesta dio un concierto en Doha, capital del emirato de Qatar. El canal 2 de la televisión francesa siguió el evento entrevistando, filmando y fotografiando a algunos de sus músicos tanto árabes como israelíes. La oboísta israelí Meirav Kadichevski, nieta del autor de esta nota, fue fotografiada junto a musulmanes para testimoniar gráficamente el ambiente de camaradería que reina entre los integrantes de la orquesta, y la amabilidad que el pueblo anfitrión demostró a los integrantes de la misma sin importar su origen.

Se deduce de estas orquestas, que los judíos no son lo que algunos imanes inculcan a sus fieles en las mezquitas, que no son lo que los extremistas les dicen a sus hijos en las escuelas y que no todos los musulmanes son terroristas que odian a los judíos, ni todos los palestinos quieren arrojar al mar a los israelíes, como muchos extremistas israelíes piensan. En esencia, se quiere demostrar con la música de estas orquestas que, mas allá de la política o la religión, somos todos seres humanos con necesidades básicas similares, que el respeto mutuo debe permanecer inmutable frente a las diferencias de opiniones, insinuando a la vez que todos debemos trabajar juntos para crear un mundo sin violencia.

Enviado por Graciela Glas


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